Venezuela: Falleció el comandante guerrillero Francisco Prada Barazarte

enviado por  tatiarcos@gmail.com

Amigo de Lucha cuando la dura Batalla en Defensa de Sabino!!! Que la Luz te guie!!! ViVa El Flaco Prada!!!!
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(VIDEO) Falleció el comandante guerrillero venezolano Francisco “el Flaco” Prada Barazarte

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11 de julio.-

Este viernes, falleció el antropólogo, sociólogo y comandante guerrillero venezolano Francisco Prada Barazarte (El Flaco), en Valera, estado Trujillo.

Prada nació en Escuque, estado Trujillo y era uno de los personajes fundamentales de la lucha armada venezolana de los años 60, 70 y 80. También dirigió el Museo de Arte Popular «Salvador Valero» de la Universidad de los Andes y fue motor de la Bienal Salvador Valero, junto a su esposa, la también antropóloga Laura Pérez Carmona.

Francisco Prada Barazarte, que su memoria no se vaya

Por: Gustavo C. Vásquez

Tomado del blog: http://llegoelmomentodelpoderpopular.blogspot.com/

Saludo, Comandante, permiso, sé que lo tengo, para escribirle esta carta. He sabido de su padecimiento físico, entendiendo que como humano ninguno está exento, sobre todo cuando han pasado los años acompañados de las vicisitudes por la que usted, sin quejarse ni arrepentirse, es más, asumiendo todos los riesgos de tal atrevimiento, le tocó vivir junto a un sinfín de hombres y mujeres, igualmente revolucionarios y sin distingo de edad, como nuestro Comandante. Así, atreviéndome a increpar el ingrato alzhéimer, que hoy se presenta con la pretensión de borrar su memoria no escrita, le garantizo que no lo logrará porque para nosotros la lucha sigue siendo hasta vencer.

Ante esto, mi Comandante Prada, queriendo derrotar ese infortunado borrador que lo abruma, con este escrito me dispongo a narrar algunos episodios que Ud. dejó marcados y en buenísima referencia de lucha revolucionaria, durante su estadía en la ciudad de Valencia, estado Carabobo.

Estando militando en el Movimiento Político RUPTURA, en los liceos valencianos empezamos a conocer sus dotes de compromiso con la Patria, al ver su rostro junto a R. E. Morales Rossi, tras los barrotes de una celda del Cuartel San Carlos, reseñado en el periódico RUPTURA; aun así, reflejaba hidalguía y disposición de seguir la lucha que nos sirvió de estímulo para a lanzar con fuerza la consigna «PRESOS PERO IRREDUCTIBLES». Fue tal la irreductibilidad que a los pocos meses, usted, junto a otros 22 camaradas se fugaron espectacularmente de esa, debo llamarla así, primera Cárcel de la Dignidad, sí, porque de dignidad siempre se ha tratado.

Como referencia histórica de la presencia del Flaco Prada, su nombre de guerra, recuerdo las contrariedades que se presentaron en la organización M. P. RUPTURA a raíz del debate generado con la propuesta lanzada desde la dirección nacional, definida como el nuevo viraje táctico a comienzos del gobierno de Luis Herrera. Asumir la lucha de calle y públicamente correr los mismos riesgos del movimiento popular, significando que los hombres y mujeres incluidos los jefes guerrilleros, dejarían de ser clandestinos para acompañar a los estudiantes bochincheros, obreros altaneros y campesinos cimarrones, todos bandoleros. Particularmente en Valencia, donde RUPTURA mantenía una muchachada con liderazgo consolidado en los principales liceos, con una capacidad política e ideológica suficiente, evitamos que el debate planteado se asumiera como tradicionalmente ha pasado en cualquier partido político de izquierda o derecha, una orden y punto.

Sin embargo, lamentablemente por las consecuencias que se generaron, a mi juicio negativas, en la práctica se definieron dos tendencias que produjeron distanciamiento, a la larga resultaron insalvables, entre la dirigencia estudiantil liceísta de Valencia que podría resumirse así: por un lado los que insistían en la necesidad de mantener un aparato clandestino y, por el otro, los que, me incluí, creímos correcta que la dirigencia toda saliera a la calle y con el pueblo. Esta situación de enfoques distintos se mantuvo hasta que llegó la división del equipo de Educación Media de RUPTURA y con ella, contradicciones en los diferentes métodos de lucha estudiantil que se implementarían en consecuencia; apareció el foco a puerta de liceo sustituyendo la incorporación de los barrios y trabajadores en las calles acompañando al Movimiento Estudiantil, lo que trajo consigo el debilitamiento y derrota de la lucha juvenil sin perspectiva de recuperación que desafortunadamente en una antihistórica situación, padecemos hoy en día.

Una vez concretada la aparición pública de los cuadros del Partido de la Revolución Venezolana, que empezamos a denominar P.R.V.- RUPTURA, al Flaco Prada, le designan la tarea de presentarse en Valencia, donde se venía dando muestras de un movimiento obrero con buena capacidad de lucha, para que asistiera a la marcha de trabajadores en ocasión del Paro General que se organizó contra Luis Herrera. El P.R.V.- RUPTURA de la región con sus cuadros y base obrera y estudiantil, hizo todos los preparativos sin que la mayoría supiera de la presencia de Prada. Nos desplazamos desde diferentes frentes, sur y oeste fundamentalmente con sendas y combativas marchas hasta llegar al sitio de concentración, la Plaza Santa Rosa. Fue allí donde hace aparición el hidalgo, sí, cual Quijote, no solo por lo alto y flaco, sino por la osadía y valentía de tener que enfrentarse a la dirigencia obrera adeca y sus cabilleros por excelencia, que estaban en la concentración.

Por su puesto se creó un revuelo, los aliados presentes querían entre otras cosas hablarle y conversar con el Comandante Francisco Prada, se abrieron abrazos de reconocimiento y amistad sinceros; así, la marcha arrancó con más combatividad. El Flaco, megáfono en mano, visto por nosotros fusil en mano, iba dirigiendo palabras de estímulo a los marchistas y transeúntes que eran acompañadas con consignas combativas, dando muestras de que la nueva táctica política del P.R.V.- RUPTURA de lucha en la calle y con el Pueblo, no se trataba de una conciliación de clases con el enemigo.

Mientras, en otros escenarios de la ciudad, grupos de marchistas eran reprimidos por las fuerzas policiales, a nuestra llegada a la Plaza Bolívar, lugar de la concentración final los adecos, que encabezaron la marcha, se dispusieron a no dar el micrófono a más nadie. Se nos informa que los detenidos durante la represión policial, habían sido trasladados al comando regional; Prada, ayudados por camaradas a empujones y forcejeos, viendo la actitud sectaria de los adecos, se monta en la tarima con el megáfono terciado, dirigiéndose a los presentes llama a rescatar a los prisioneros e invita hacia la Navas Spínola, cuartel de la Policía. La respuesta no se hizo esperar, los adecos se quedaron con su militancia y el micrófono mientras la mayoría se lanzó ante el llamado del Flaco Prada, a rescatar sus presos; el saldo, toda una jornada de lucha popular en la calle con su respectiva brutal represión con heridos y un obrero muerto. Por supuesto no faltaron las acusaciones contra el Flaco Prada.

Esta disposición y espíritu de lucha mostrada por Prada, empezando a llamarlo así, en familia de nuestra lucha, gracias a su afable manera de relacionarse con la militancia en Valencia, permitió que lo recibiéramos con alto beneplácito al saber que había sido destacado en esta ciudad para coordinar y reforzar el trabajo político, claro, la designación igual, se debió por la importancia estratégica que le daba el Partido a Valencia por el potencial de la fuerza laboral.

En estas circunstancias, el Flaco Prada, como cualquier revolucionario responsable de cumplir sus tareas políticas, en Valencia jamás olvidó las responsabilidades personales y familiares. Él, consecuente como siempre lo ha demostrado, sin contar con los recursos económicos que el partido le suministrara en época de clandestinidad, amén de la infaltable solidaridad de camaradas, supo sortear su suerte, la de su esposa, Aura y su hijo Patricio, por supuesto militantes revolucionarios y permanentes acompañantes, al proveerse, por esfuerzo propio, los medios necesarios para la subsistencia en esta contrastante ciudad. Asimismo le tocó vivir fundamentalmente en La Isabelica, en Flor Amarillo y en Bello Monte, unas veces alquilado, otras arrimado. Salió de parte importante de libros de su colección personal mediante la práctica de venta informal en el centro de Valencia en calidad de buhonero. Elaboró y vendió directamente, perol en mesa, la tradicional chicha andina, que de paso, bastante exquisita, trasladaba en un vehículo Ford dos puertas de su propiedad en un estado de deterioro bastante notable, actividades que en lo personal me tocó acompañarlo directamente.

No hizo esperar las visitas programadas a los portones de las principales fábricas de Valencia, como parte de la agitación para la organización del movimiento obrero, destacándose por el alto nivel político de los trabajadores y la presencia del periodiquito RUPTURA AUTOMOTRÍS, en la Ford Motor y de allí irradiar hacia el resto de la zona industrial, donde arengaba a los obreros en la lucha contra la explotación capitalista en esa empresa imperialista. En la misma línea, atendiendo la necesidad de estimular y orientar en la historia, en la política y la ideología bolivariana, robinsoniana y zamorana en la esencia de la verdadera emancipación del pueblo, como ha sido su práctica constante hacia los estudiantes liceístas y universitarios, estuvo presente en plenos y demás reuniones en la Escuela Técnica Industrial y el Enrique Bernardo Núñez de esta ciudad y la Universidad de Carabobo, organizados por las comisiones de educación media y universitarias de RUPTURA, de donde esencialmente salieron directrices políticas en la búsqueda del punto crítico que crearan las ruptura creadora y profundizar las luchas y combates populares para que el Pueblo conquistara la Liberación Nacional y el Socialismo en una sola etapa, todo como un lindo empeño de alcanzar la Utopía Posible.

Comandante, Francisco Prada Barazarte, cumplida su estadía en esta ciudad valenciana, la que sigue manchada por la historia que nos niega la emancipación patria que somos los hombres y mujeres, al cantar de Alí Primera, seguimos en la misma lucha enseñada o reforzada por su tamaño de hombre verdaderamente revolucionario, mientras, otras circunstancias lo llevan. a seguir quijoteando en distintos escenarios, de igual manera, sigo convencido que su conducta será la misma, porque en definitiva es y será con creces, su palabra echada contra quien sea.

Su amigo por siempre.
 
A continuación vea el video publicado 7/3/2013 titulado: «Conversando con Francisco Prada»:  http://youtu.be/wi-zvT0rM3s

Francisco Prada, valiente ser.

Francisco Prada, valiente ser

laguaruranet@gmail.com

Francisco Prada: Luchar y reir hasta vencer
Juan Carlos La Rosa Velazco
Organización Wainjirawa

“somos la alegría y la vida, en tremenda lucha contra la tristeza y la muerte”Argimiro Gabaldón

“el bandido siempre se les desaparece entre la gente, porque todos lo protegen, todos los pobres con su trocha mágica por donde extiende su interminable fuga. Bandido. José Quintero Weir

Lo conocí y le escuché en silencio un par de veces en el Zulia, estaba ahí por su solidaridad antigua con la lucha de los pueblos indígenas de la Sierra de Perijá contra la minería, con nuestra pelea. estuvo ahí antes que yo y que muchos de nosotros.

Fue el quién ordenó a los primeros que fueron, el coordinó esa tarea, orientó a la primera célula de trabajo en la Sierra que inició el camino que para siempre, caminamos otros ahora, los hombres que el envió se sembraron ahí los más consecuentes, ahí y en otra partes de la inmensa selva, otros no pudieron seguir, los quebró para siempre la necesidad de reconocimiento proveniente del mismo que los esclavizó.

El organizó las 1eras marchas de estudiantes que vinieron desde Mérida al corazón de Machiques a acompañar a los wayuu, barí y yukpa que se oponión a la explotación minera. Mientras tanto, su 1era célula seguía sembrándose  en la sangre de dos generaciones de luchadores dificiles y esquivos que hemos optado por la carne que nos hace antes de la idea vestida de traje alemán.

Luego, ya probado en batalla,un poco embriagado aún por la refriega, pude conversar con el, dos cartas llegaron de México, una para el y una para mí, y acordamos el encuentro en Trujillo, donde vivió hasta ahora. Me esperaba en el terminal y en su carrito viejo fuimos hasta un local del centro donde comimos y consultamos las orientaciones de la reunión por internet. La tarea que comenzó en esas líneas que leimos juntos ahí, con tropiezos y crisis inevitables en estos años, es la misma en que sigo asignado y al parecer me ocupará por mucho tiempo.

Nos sentamos a trabajar en el corredor de su casa, conocí a Laura, quién escuchó con atención todo lo que conversamos e intervino varias veces, vimos con sinceridad las contradicciones, y acordamos cómo coordinar. Por esos días Sabino se había decidido a ocupar junto a otros dirigentes yukpa algunas fincas aunque su nombre no sonaba en los corazones cómo ahora, nosotros estabamos en plena campaña por todas nuestras luchas y eufóricos, no veiamos cómo eramos socavados y desmantelados por la prevendas clientelares y por el inmenso e inimaginable plato de sobras que ya era la política social del Gobierno de Chávez.

El contraste de su observaciones y atenciones con otros viejos dirigentes me impresionó, la disposición de diálogo demostrada en el hecho de complementar con nuestras ideas sus concluciones o cambiarlas por completo me era inusual en gente de su edad en la cultura de la izquierda. Hablamos de los hijos de losp adres y de los abuelos, de historias familiares, de pobreza y de dignidad, nos escuchamos. Luego me hizo un recorrido por la casa circular y en la 2da planta me mostró un puente que se iba hasta la falda de la montaña. Me dijo: “este puente siempre tiene que estar, uno siempre debe poder irse y dejarlo todo para poder comenzar de nuevo, guardando todo lo aprendido para trasmitirlo a los que vienen. las piernas deben mantenerse fuertes me dijo, dándose un golpe en el muslo derecho, para poder subir la cuesta de la montaña”.

Por la tarde, luego de comer, el y Laura me llevaron a Escuque, para mostrame el pueblo y el lugar dónde el había nacido y había crecido, pareció un viaje sin propósito, me dijo al llegar ahí en una casita muy pobre nací yo y en esa otra nació Ramón Palomares. Al llegar a la Plaza central, recortada sobre montañas que parecieran asaltarla, me llevó hasta la estatua de pie que hay ahí de Bolívar y me pidió que diera la vuelta a la misma y leyera lo que estaba en una pequeña placa en la parte de atrás de la base. La inscripción decía tal vez así: “en este lugar en abril de 1830, el pueblo de Escuque reunido en asamblea, se negó a renegar del nombre de Simón Bolívar”

Todos ven al General Bolívar y no piensan en los que se quedaron atrás guardando el sable herrumbroso y las esperanzas, sin ellos no hay Bolívar. Laura iba de aquí para allá saludando gente y haciendo alguna compra.

Regresamos con poca luz hasta el terminal de Trujillo, el flaco conducía guiándose por el brocal de la carretera, porque las luces estaban funcionando mal, ibamos a 20 km por hora. Al llegar nos abrazamos y comenzó el descenso solitario a la Cuenca del Lago.

Dos meses después me anunció después de varios intercambios telefónicos que iba a Maracaibo, y sin más estaba en la puerta de mi casa, en mi barrio. Lo que teniamos qque hablar fue rápido y preciso y le pedí que guidado poruno de sus hijos visitara la casa de una compañera en la que había funcionado una casa de seguridad del PRV FALN en el barrio, esa familia, activistas del movimiento cultural y del trabajo barrial, habían sido maltratados y humillados por su dirección y tenían años, una vida, con el la herida amarga que sólo la izquierda deja en nosotros, más despiadada y dolorosa que las que nos pudiera hacer el enemigo. Francisco de levantó decidido al escuchar  estas referencias y le dijo al compañero, llévame por favor para allá. No pude acompañarlo, pero sentí un fuego de respeto y confianza, de alegría en la formidable mujer con la que conversó aquel día.

Hace tres años hicimos el 2do encuentro de los de abajo en condiciones precarias y la Escuela Domingo Verde, fundada por el hermano desaparecido Acasio Belandria nos dió cobijo, hermanos de todo el continente e indígenas de distintos pueblos de varias partes de la Cuenca nos acompañamos por tres días, Ahíu estuvieron el Francisco y Laura compartiendo con humildad las literas y discutiendo como uno más, con un profundo respeto por la palabra de los otros, riendose de sus “olvidos” con laura cómo recordadora asignada, en distinción dirigentes, intelectuales y académicos que no se quedaron a compartir el pan y la palabra agobiados por las incomodidades.

Un tiempo después, que estuve asentado en La Ceiba, en la zona baja de Trujillo, cada vez que un hermano se desanimaba de compromiso, lo enviaba a Escuque a leer la inscripción detrás de la estatua, seguro entonces cómo seguro estoy ahora de la dimensión florecida de la palabra cuando es leida escuchada o dicha con el corazón.

Nos vemos flaco, espero ganarme no un reencuentro, sino una reencarnación en lo que nos ha quedado por hacer, saluda a nuestra gente por allá, vuelve en la brisa de la montaña en la luz de la sabana, se brisa para quién vuelve cansado flaco. permíteme llorar un poquito en silencio, luego que cante la sangre viva. luchar y reir hasta vencer.

el camino es el de las comunidades

 


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