Brasil_MST: ¡El agua es un bien común, no una mercancía!

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Brasil_MST: ¡El agua es un bien común, no una mercancía!

En este 22 de Marzo, Día Mundial del Agua, nuestro Boletín destaca cómo el país con la mayor reserva de agua dulce del mundo, con alrededor del 12%, sufre el acoso de grandes corporaciones internacionales, que buscan hacer que este activo natural sea fundamental para la vida en mercancías controladas por unos pocos, a merced de las privatizaciones y la especulación internacional, Además del uso indiscriminado y la contaminación por agronegocios y minería.  

En agroecología, la recuperación de áreas degradadas necesariamente conduce a la restauración de manantiales y ríos. Una máxima de Agroforestry Systems dice «cosechar el sol, plantar el agua». Esto significa que a medida que un área recupere su biodiversidad ( del suelo, la flora y la fauna ), el agua volverá a brotar allí, recreando condiciones vitales para un hábitat saludable. 

El MST continuará denunciando la privatización y los usos irresponsables del agua al mismo tiempo que sus territorios de reforma agraria continuarán en la lucha agroecológica por la restauración ambiental, con el cuidado fundamental de nuestras aguas! 

otros enlaces relacionados:

https://mst.org.br/2024/03/22/agua-e-um-bem-comum-nao-mercadoria-3/

 

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¡El agua es un bien común, no una mercancía!

Hoy, Día Mundial del Agua, es importante recordar que su preservación es fundamental para la vida en el planeta. Y debido a la escasez de agua en el mundo, «Brasil, durante mucho tiempo, ha sido codiciado por grandes corporaciones»

22 de marzo de 2024

Por Aercio Oliveira*

Brasil tiene el 12% de toda el agua dulce superficial del mundo. Tenemos en nuestro territorio dos de los acuíferos más grandes del planeta – Guaraní y Alter do Chão, y el río más grande del mundo en flujo, el Amazonas. La riqueza de nuestros biomas, incluso con las violaciones socioambientales cometidas por las corporaciones, aún logra garantizar un ciclo hidrológico capaz de alimentar nuestros manantiales superficiales y subterráneos.

Estos manantiales garantizan la producción de alimentos saludables en el campo y en los bosques, agroextractivismo que establece una relación armoniosa con la naturaleza, la agricultura familiar y la agroecología, El suministro de agua para uso doméstico. Es a partir de estos manantiales que las empresas públicas de suministro de agua y saneamiento capturan, tratan y distribuyen agua a los casi 6 mil municipios de Brasil –, las empresas públicas son responsables del 95% suministro de Brasil.

Sin embargo, toda esta riqueza, fundamental para la vida, y que tiene diferentes significados y usos para la diversidad de culturas y tradiciones, con sus modos de existencia, está amenazada. Con la escasez de agua en el mundo, Brasil, durante mucho tiempo, ha sido codiciado por grandes corporaciones. Los sectores económico y financiero intensifican la presión para convertir el agua en mercancía. Siguiendo la lógica de suministrar la sed insaciable de ganancias, el agua, para estos grupos, sirve como lastre para los contratos en el mercado financiero especulativo, al igual que cualquier otro producto, como la soja, café, hierro, aceite, etc. El agua, en algunos países, está integrada en el mercado financiero, con sus contratos a precios para transacciones especulativas. Además de este intento de capturar agua por el mercado financiero, fondos de inversión internacional, corporaciones de la construcción, entre otros, están interesados en adquirir las empresas públicas responsables del suministro de agua en Brasil.

La mayoría de los congresistas, aliados del gobierno genocida, aprobaron el cambio en el marco regulatorio para el saneamiento y el suministro de agua a fines de 2020, en medio de una pandemia. Esta nueva legislación acelera el proceso de privatización de los activos públicos de agua y saneamiento y crea todas las dificultades posibles para mantener una empresa pública en este sector funcionando. La legislación es el resultado de la falacia de que el mercado “ ” garantizará el suministro universal de agua en el país. La experiencia de privatización en otros países mostró que el agua opuesta – se volvió más costosa para el consumo y los servicios se volvieron más precarios, los beneficios solo servían a las familias ricas. En los territorios periurbanos y rurales, el derecho a acceder al agua para la producción de agricultura familiar, por ejemplo, se vuelve inviable para servir a los agronegocios, lo que facilita la obtención de la subvención para uso intensivo de agua.

Por esta razón, defendemos el agua como un bien común, un bien sagrado, que no puede transformarse en mercancía. El agua debe servir a la reproducción de la vida humana y nuestra biodiversidad, no al mercado, las corporaciones, el sector agroindustrial y minero. Estos sectores son responsables de la mayor parte del consumo de agua. El agronegocio es responsable del 75% del consumo, mientras que la industria es responsable de aproximadamente el 10% del agua capturada. Estos descargan sus efluentes no tratados en los ríos, agravando la contaminación de las fuentes de agua.

Las corporaciones, sus representantes dentro del congreso nacional, en los gobiernos, en las legislaturas estatales y municipales deben ser reportados a la sociedad, cuánto amenazan con agravar las dificultades de acceder a este bien y querer transmitirlo a aquellos que solo quieren ganancias, sin preocuparse por los costos de vida y todo el ecosistema. ¡Debemos desenmascarar soluciones falsas, anuncios engañosos, como que “ agro es pop! ”, que estos sectores transmiten en los medios corporativos.

Pero las quejas deben ir acompañadas de anuncios. Difundir las innumerables experiencias difundidas en todo Brasil, que aseguran el uso del agua como alimento, de manera saludable, a diferentes escalas, en el campo, en las ciudades, en los bosques, en los territorios indígenas, quilombolas y pueblos tradicionales, para diferentes usos, según sus formas de vida. Necesitamos fortalecer y expandir nuestras movilizaciones en defensa del agua como un bien común vital para la vida. Nuestra agua no puede convertirse en una mercancía.

*Miembro de la Federación de Órganos de Asistencia Social y Educativa ( FASE )

mst.org.br/2024/03/22/agua-e-um-bem-comum-nao-mercadoria-3/

 

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